"Porque todos habrían de ver la salvación de Dios" Lucas 3:16

Por Rvdo. Osvaldo Malavé Rivera

Nuestra sociedad, con toda la complejidad de filosofías y corrientes de pensamientos, con todos los cambios rápidos y radicales que se están experimentando, se prepara para celebrar otra fiesta.
Ante nosotros surge una estela de pensamientos que serán útiles para la reflexión y la meditación. Se trata de otra Navidad. Si, es otra Navidad diferente.
Viviremos en ella momentos de alegría y recuerdos: unos tristes y otros alegres. Penetraremos en ella y ella penetrará en nosotros. Pero ¿acaso podremos colocar en esta Navidad la tónica de aquélla primera?
¿Inclinaremos nuestras vidas, nuestras fuerzas, nuestras actitudes hacia una fiesta que ya ha comenzado a ser anunciada por todos, menos por su hija, la IGLESIA? La música con tonos alegres y emotivos ya comienza a invadir nuestros auditorios: la calle, el trabajo, el hogar.
¿Daremos rienda suelta a nuestros deseos, a las tentaciones que nos hace el comercio, la banca y la industria para concedernos el disfrute de una Navidad más abundante y mejor celebrada? ¿Preferimos cubrir nuestros cuerpos con preciosa ropa y la que esté al día en estilos, colores y modas? ¿Deseamos satisfacer nuestro paladar con bebidas, comidas, frutas y dulces hasta más no poder?
Andando y caminando arriba y abajo veremos muchas cosas nuevas; una selección de atractivos para grandes y pequeños la encontraremos en cada esquina. Encontraremos muchos bolsillos repletos de anhelos y deseos de invertir o de malgastar. Pero también encontraremos bolsillos vacíos. Estos no deben ser objeto de nuestra compasión tanto como los corazones vacíos, sin dirección y sin metas.
Démosle a estos hombres una estrella con qué alumbrar sus pasos. Presentémosles un firmamento en el cual puedan contemplar la gloria del Niño Dios. Llevémosle a todos una melodía de fe y de esperanza. Digámosle a todos, por nuestras vidas, que ha nacido ya el Salvador y Redentor. AMÉN.

Tomado de Semillas de Esperanza