Oración de la mañana

Por Rvdo. Carlos Cardona
Pastor

        Señor, Tú que brindas nuevos mañanas para nuevos comienzos cada día, dame la sabiduría y la paz para enfrentar los retos en cada amanecer.
        Dame tu mirada serena para mirar a mi prójimo con misericordia.  Revísteme de tu bondad dulce y grata para extender la mano amiga a quienes me rodean.
        Dame en cada mañana la fuerza para comenzar de nuevo superando mis errores y afirmando mis virtudes.  Deja que tus rayos celestes puedan reflejarse en mi rostro y brille tu sonrisa en la mía y tu andar en mis andanzas.  Inspira mis palabras con tus dichos y mi boca con tus palabras. 
        Dame en cada mañana la fuerza y la energía del nuevo día y cuando llegue mi atardecer déjame ver la promesa de un nuevo amanecer.  Amén.

diciembre 2009

Tercer domingo de Adviento 2009: A la espera del Mesías

Por Rvdo. Carlos Cardona
Pastor

Pasaje bíblico: Isaías 35:1-6ª,10

La espera del Mesías es un tiempo de reflexión para preguntarnos: ¿Qué esperamos? ¿Cómo preparamos el camino de la espera? ¿Cuál es el resultado de la preparación?

¿Qué estamos esperando? ¿Cómo estamos esperando?

Estamos esperando, aguardando que algo ocurra, estamos a la espera de nuevas noticias. Esperamos que suceda algo especial que cambie la situación que vivimos. Pero ¿qué estamos esperando que suceda? ¿Cómo estamos esperando ese suceso?

El profeta Isaías declara al presentar una espera llena de gozo y alegría: El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, florecerá como flor de narciso, se alegrará con gozo y alegría. Tiene la gloria del Líbano la belleza del Carmelo y del Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios.

Segundo domingo de Adviento 2009: Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca

Por Rvdo. Carlos A. Cardona
Pastor

Mateo 3:1-12

La llegada del reino siempre ha causado muchas expectativas entre los creyentes y los no creyentes. ¿Qué nos exige la llegada del reino? ¿Qué significa arrepentimiento para nosotros? ¿Qué produce la llegada del reino en nosotros? La respuesta a estas tres preguntas puede tomarnos un largo tiempo de reflexión para comenzar a dar respuesta a las mismas. Pero reflexionemos un poco y de manera sencilla acerca de la llegada del reino de Dios a nosotros.

Juan el Bautista decía: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca”.

¿Qué nos exige la llegada del reino? La llegada del reino nos exige arrepentimiento, que significa compunción, haber obrado en desacuerdo con la voluntad de Dios y tener el propósito de no volver a actuar mal en lo adelante. Es también el sentimiento de aflicción producido por el dolor ajeno.

El deseo de la llegada del reino a nosotros nos impele a reconocer que hemos obrado en desacuerdo a la voluntad de Dios y su propósito para con nosotros. El mundo que nos rodea todavía sigue obrando en injusticia. Todavía hay obstáculos para ver el reino de Dios. Todavía la disposición para ser obedientes al mandato divino para ser guardas de nuestro prójimo nos confronta con el llamado de Juan al arrepentimiento.