Siembra para un pueblo que busca esperanza


Por Rvdo. Carlos A. Cardona Marcano
Pastor


Lectura bíblica: Romanos 5:1-5

Introducción

Roma era la ciudad más importante del mundo en la época de Pablo. La ciudad tenía una serie de templos dedicados a las deidades del estado. Tenía templos dedicados, por ejemplo, a la diosa Venus, venerada porque de ella descendía la familia real, y a Marte, otro de los dioses venerados por este pueblo. Los historiadores afirman que en la ciudad de Roma el emperador Augusto restauró 82 templos en un solo año. Los romanos tenían esperanza en que sus dioses les ayudarían a mantener el Imperio.

Uno de los altares de mejor decoración era el Altar de la Paz, dedicado al emperador Augusto, quien confiriera la paz a la ciudad y al imperio. Augusto construyó y amplió el templo de Apolo en su propiedad; su esperanza figuraba en la cercanía con los dioses.

El apóstol Pablo escribe a los cristianos su carta a los Romanos enfrentando la interpretación de fe y esperanza que el emperador y su pueblo tenían.

La fe es la llave que abre la puerta de la esperanza. La esperanza es la puerta de entrada al valle que visionamos por fe.

I. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Romanos 5:1

Tenemos entrada por la fe a la gracia en la cual estamos firmes y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Pablo proclama la fe en Cristo como única manera para experimentar la esperanza en Dios.

Tú puedes acercarte a Dios, puedes pasar el umbral donde la presencia de Dios se manifiesta y dirigirte al Señor. Tenemos acceso a Dios y podemos participarle al Señor nuestra posición personal. Al acercarnos a Dios manifestamos nuestra confianza en su poder y en su manera de obrar. En un mundo cambiante, la esperanza es una puerta para visionar creyendo que Dios puede obrar en la situación que enfrentamos.

Podemos hablar del valle que visionamos. ¿Cómo visionas tu valle? ¿Cuál es la visión de ese nuevo comienzo que esperas en Dios? Pablo escribe a los cristianos de Roma y de todos los tiempos para invitarles a visionar más allá de los dioses que han conocido. Les invita a atravesar el umbral de la esperanza para reconstruir todas las áreas del ser personal.

La esperanza es la llave que sólo puede ser utilizada por quien desea visionar un nuevo comienzo.

La esperanza es un proceso de convencimiento personal en el cual no entra la razón, ni los cálculos, ni los riesgos; es sólo una certeza que viene de nuestra relación con Dios. Por lo tanto, es importante cultivar nuestra relación con el Señor para experimentar la fuerza de la esperanza.

En ocasiones, cuando visionamos nuestro valle, sólo vemos lo distante que se encuentra. Nos llenamos de sentimientos que no podemos definir porque nos ubicamos lejos del valle que anhela el alma y el corazón. En ocasiones perdemos la fuerza que alimenta la esperanza.

En un momento de su lucha personal, Job se pregunta: ¿Dónde estará ahora mi esperanza? Y sigue diciendo: “Mi esperanza: ¿quién la verá?” (Job 17:15). Estaba visionando la puerta cerrada que impedía ver el valle que anhelaba en su corazón.

En ocasiones nuestra esperanza es una puerta cerrada que sólo se abre cuando nos convence la fe.

II. Pablo dice: “… y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza…” Romanos 5:4

El escritor Vincent Peale señala que cuando abrimos la puerta de la esperanza debemos “creer en un Dios involucrado en todo lo que te sucede en la medida que lo dejes actuar”.

Esperanza es recordar cada día que el Señor está trabajando en lo que te sucede. Dios mismo se encarga de estar contigo. Tener esperanza es renovar la fe y el espíritu de lucha con visión y tenacidad.

Ánimo, la prueba sólo es el cauce para construir un puente cimentado de la fe y sostenido por la esperanza.

Deja actuar a Dios en ti, cree en lo que puede hacer contigo. No dilates el plan de Dios para contigo.

Podemos ser tentados por los dioses del Olimpo, quienes ofreciendo falsas expectativas nos seducen y arrastran hacia la destrucción. Los dioses del Olimpo juegan con los humanos según la creencia romana. Pero quien descubre la fe podrá abrir la puerta de la esperanza para visionar mejores años en el Señor.

¿Qué es tener esperanza? Tener esperanza es visionar la renovación de nuestro pensamiento. Tener esperanza es recobrar las fuerzas perdidas. Es el fortalecimiento de nuestra mente y nuestra fe para transformar nuestra noche en Día de Victoria.

¿Que clase de pensamientos gobiernan tu mente en esta hora? Lo que está en tu mente impacta cada momento de tu vida. La prueba que desafía tu ser en este momento puede afectar tu manera de pensar y, por ende, tu manera de visualizar lo que Dios quiere de ti.

Tener esperanza es tener una visión optimista. Es la expectativa por vivir algo mejor en el presente inmediato y el futuro que me espera.

La esperanza rechaza el pesimismo. Es importante renovar nuestro entendimiento, como dice el apóstol Pablo. “…transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis la cual sea la buena voluntad de Dios…” (Romanos12:2b).

Pablo dice de Abraham que él creyó en esperanza contra esperanza hasta llegar a ser Padre de Muchedumbre. La prueba es sólo una oportunidad para abrir con la fe la puerta de la esperanza en Dios. La esperanza es la puerta que se abre por la fe para visionar el valle que soñamos.

Quita la duda, fortalécete en la fe, convéncete a ti mismo del poder de Dios.

III. “Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5:5).

La esperanza fortalece en nuestra fragilidad permitiéndonos afirmar que el amor de Dios nos cubre. Cuando experimentamos un sentido de impotencia o las circunstancias nos manipulan, es hora de pedir a Dios que envíe sobre nosotros su Espíritu Ayudador para seguir adelante en busca de la puerta.

La esperanza es una puerta que se abre para empezar de nuevo. Es una puerta que nos muestra la invitación de Dios para un génesis.

La esperanza es luz que centra el pensamiento, el corazón y el alma en lo que recibe y recibirá de parte de Dios.

La esperanza es luz que enfoca el alma en lo que Dios puede hacer en su haber perfecto, justo y misericordioso. No te distraigas por cosas que impiden tu crecimiento personal. Recuerda: eres importante para Dios. Lo importante para Dios no son las cosas que te rodean, su atención está en ti, pues sólo por ti envió a su Hijo y dejó al Consolador. Pon tu esperanza en Él y Él hará.

La esperanza visiona la respuesta de Dios y se cubre con el poder la oración.

Lo que esperas de Dios, lo ha hecho antes, confía y entra por la puerta de un nuevo comienzo. Eleva tu cantar al cielo y entona una canción al Padre Eterno. Alienta tu ser por medio de una devoción decisiva, de entrega y aceptación de la intervención divina.

La esperanza nos lleva a aprender a conocer la presencia de Dios en lo que vivimos. Para experimentar un nuevo génesis es necesario despertar a la plenitud de Cristo para vivir una vida a expectativa de Dios.

Muévete al umbral de la Puerta de Esperanza y busca la llave de fe que abre esta puerta para ver el valle de una vida nueva. Entra en el proceso de un nuevo comienzo, intensifica tu relación con Dios. Despierta, Dios quiere hablarte, Dios quiere levantarte, Dios quiere bendecirte. El Señor quiere mostrarte el valle de la esperanza y la seguridad.

27 de enero de 2008

Demos gracias a Dios

Por Antero Solís Lazú

Demos gracias a Dios, hermanos míos,
porque grande es su nombre en nuestras vidas.
Es constante y veraz y no es tardío
al contestar plegarias día a día.

Demos gracias a Dios, yo les suplico,
porque adorar su nombre es gran delicia
que produce a raudales regocijo
y calma el gran dolor de la desdicha.

Demos gracias a Dios con toda el alma,
que con su amor a todos nos inunde.
La tempestad más fuerte su voz calma
y nuestra barca feliz nunca se hunde.

Yo doy gracias a Dios por mis hermanos,
por la iglesia de Cristo que me ayuda
a superar lo débil de lo humano
aclarando feliz todas mis dudas.

Demos gracias a Dios en este día
separado especialmente para ello.
Mostremos al Señor nuestra alegría
porque siempre Él atiende nuestro ruego.

Jesús abre surcos de fe regando con su presencia la paz

Por Rvdo. Carlos A. Cardona Marcano
Pastor IEU Villa Andalucía

Introducción

Han llegado las celebraciones de Navidad. Las voces se escuchan por doquier anunciando los regalos e invitando a regalar. Los mensajes de paz están presentes en todas partes.

La gente dice que ha llegado Navidad con panderos y flautas. La música típica suena en todo lugar. El viernes pasado estuve en un acto peculiar: una niña de dos años bailaba al son del compás. El padre, orgullos, retrataba todo movimiento y la madre, emocionada, se reía con gozo.

El padre no quiso perderse ni un sólo instante. Con su traje típico, aquella niña bailó y aplaudió todos los eventos de la celebración. La estampa de la natividad se retrasó porque a María le faltaba que llegara José. Al momento de su llegada con retraso comenzó la estampa principal de aquella celebración.

En la fila donde yo estaba apenas podía ver la presentación porque todos los padres que se acercaban a la tarima ocultaron entre luces, alboroto, canciones y bailes a mi nieta, que celebraba su segunda navidad.

I. “El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo”. Mateo 1:18

La historia de la primera Navidad, estuvo llena de pavor, dolor, sufrimiento e intriga.

La tradición de la época era que la novia se comprometía por un año con el propósito de probar su pureza sexual. José era un judío estricto de la ley, y observaba los preceptos de la misma.

Los profetas habían hablado de la llegada del Mesías. Isaías, en su escrito, anuncia que será un “varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa”. (Isaías 31:1-2) El profeta anunció que el Mesías traería “justicia, reposo y seguridad para siempre”. (Isaías 32:17)

El cumplimiento de la profecía traería consolación, restauración. Dios quiere establecer un nuevo orden en su creación y decide visitar a la humanidad.

Su anuncio en las profecías trajo expectativa: ¿Cuándo sería el acontecimiento? ¿Donde se iniciaría la historia de la redención?

José era parte de ese plan, pero no lo sabia de antemano. María era parte del plan pero tampoco lo sabía de antemano. De manera que el anuncio trajo momentos terribles para aquella pareja.

¿Cómo entonar canción en medio de la duda? ¿Cómo celebrar el anuncio frente a la duda?

Para celebrar la llegada del Mesías es necesario llenarnos de una verdadera seguridad en Dios.

José tuvo que librar una batalla interna. Su tradición de fe le hacía caer en esa lucha. Dios quiere comunicarse con la humanidad y él está en medio de la intención divina con el traje de las costumbres de su pueblo.

¿Cómo enfrentamos la voluntad de Dios en medio de nuestras costumbres y tradiciones?

Cantamos: Alegría, alegría, alegría; alegría, alegría y placer; que la virgen va de paso con su esposo hacia Belén.
II. Cuando debatimos en el alma, Dios nos ayuda a librar la batalla

A José se le apareció el ángel y le dijo “No temas”. Esta misma frase la repitió el Mesías en su relación con la humanidad:

“No temas”, dijo el Señor a Josué en el momento cuando libraba su batalla personal de la conquista.

“No temas”, dijo Jesús a sus discípulos en el momento de batalla en la barca.

“No temas”, es la invitación que nos hace Dios a descansar en su poder milagroso y poderoso cuando estamos sirviendo con temor al Señor.

“No temas”, es la palabra de Dios para aquellos que enfrentan momentos decisivos en sus vidas.

¿Quieres llegar a ser cumplidor del plan de Dios en ti? Entonces “No temas”. En medio de las circunstancias en las que batallas en esta hora, “No temas”. Descubre lo que Dios tiene preparado para ti.

José libró la batalla de la vergüenza, la batalla de ser señalado, la batalla de la duda, la batalla de la incertidumbre, la batalla del descrédito, la batalla de la muerte de su amada, la batalla espiritual al preguntarse si Dios estaba o no en la situación.

El Ángel de Dios le dijo: “No temas”. Dile a Dios tu batalla y Él te dirá “NO TEMAS”.

III. “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Mateo 1:21

Jesús regará los surcos de fe sembrando la paz con su presencia. Dios está pendiente de los suyos y su presencia en medio nuestro es garantía de paz y prosperidad. Proclamemos la noticia de la llegada y el cumplimiento de la promesa a nosotros mismos.

El ángel de Dios nos invita a creer en la intervención divina. Nos invita a confiar en la promesa de redención. Nos invita a creer en la Buena Noticia, Dios se acuerda de su creación y le visita como una expresión de amor a su pueblo.

El ángel del Señor nos invita a visionar un futuro mejor, nos invita a llenarnos de fe y confianza en el poder redentor de Jesús. Es necesario abandonarnos en Cristo para experimentar su gracia y su poder en medio nuestro.

Deja que el Espíritu de Dios riegue con poder y gracia tu corazón. Llénate de luz y aclara tus pensamientos. Comienza a caminar con firmeza hacia un mañana lleno de gracia y poder de Dios.
Detente por un momento para escuchar lo que Dios quiere de ti. Deja que el Señor hable a tu vida. Distingue las señales de Dios para ti y los tuyos dejando a cargo de Dios el plan que tiene para ti. No temas, Él se encargara de que logres llegar. No temas, Él se encargará de obrar. El Señor hará, se moverá, no te dejará.

Apresta tu espíritu para escuchar lo que Dios tiene que decirte en esta hora. Recibe la visitación del ángel de Dios sobre tus asuntos y cuéntale tus temores. Dile tu preocupación y déjate guiar por su Espíritu Santo. Amén.

16 de diciembre de 2007

Siembra para un pueblo que busca transformación

Por Rvdo. Carlos A. Cardona Marcano
Pastor IEU Villa Andalucía


Introducción

No hay aceite sin exprimir aceitunas, no hay vino sin prensar las uvas, no hay fragancia sin machacar las flores, y no hay gozo sin penas.

I. “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación”. Filipenses 4:11

El Apóstol Pablo afirma en la carta a los Filipenses que tenía la capacidad de estar contento en cualquier situación. En su proceso de transformación con el Señor:

1. Aprendió cómo echar las cargas sobre el Señor

2. Aprendió cómo permanecer a la sombra de las alas de Dios.

Como expresa el salmista: “El que habita al abrigo de Dios morará bajo sombras de amor”.

El proceso de aprendizaje es constante y las circunstancias a las que nos enfrentamos sirven como oportunidades para desarrollarnos. Pablo escribe en esta carta palabras universales para todos los tiempos: “He aprendido a contentarme”. En su relación con Dios estaba el resultado de una transformación personal.

Su vida estaba llena de desafíos diarios. Constantemente estaba enfrentando diversas situaciones que le ofrecían la oportunidad para crecer en su relación con Dios. En ocasiones las experiencias actúan como prensas que nos hacen sentir la fuerza que drena nuestro ser. Podemos experimentar desánimo en el proceso porque no sabemos cuál será el resultado de la circunstancia que enfrentamos. Sin embargo, es hora de afirmar nuestra fidelidad a Dios.

3. En el proceso de transformación es necesario afirmar nuestra fidelidad a Dios.

La transformación nos conduce a contar con los recursos de Dios. Dios tiene poder sobre todas las circunstancias que nos rodean, en todo momento.

La fuente de satisfacción en Pablo proviene de su dependencia divina. Él sabía que todos los recursos de Dios estaban a su alcance, a pesar del momento difícil que pudiera enfrentar.

Por este conocimiento se distingue el siervo de Dios. El Señor tiene control de lo que acontece en nosotros. Solo Él sabe el producto final. El aceite de olivo es el producto de la prensada que ha transformado la aceituna. El producto es delicioso y saludable, duradero.

De esta misma forma, Pablo contaba con la fortaleza de Dios y con los recursos de Dios. El proceso de transformación no se ciñe a un tiempo limitado.

II. “Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que así mismo hemos sido llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos”. Colosenses 3:15

¿Cuál es la situación que vives en este momento? ¿Puedes dar gracias a Dios? Pablo devuelve su proceso transformador en uno de estímulo para los lectores de la carta a los Colosenses.

4. Pablo dice que uno de los elementos de la transformación es el corazón en paz.

Es posible la paz a pesar de la circunstancia que enfrentas. Puedes entregar tu situación a Dios y descubrir que el proceso en que estás es de transformación divina.

5. El resultado es ser agradecidos. Cuando descubrimos el proceso entonces damos gracias a Dios por él.

La gratitud entiende que Dios es soberano y que sus caminos no son los nuestros. Habrá momentos en que no entenderemos el proceso, porque sólo Dios tiene el secreto de la receta que trabaja en ti. La prensada es fuerte y en la primera el aceite es virgen, con más sabor, color y aroma. La oliva devuelve con gracia en la prensada su mejor expresión de gratitud. Se manifiesta como un producto que ofrece salud, que puede ser bálsamo y antibiótico natural, cosa que no puede hacerlo en su expresión como fruta.

Es importante ser agradecidos como una expresión del alma, que por encima de la prensada de la vida podemos dar lo mejor de nosotros y ofrecerlo en gratitud para otros.

6. La gratitud afirma nuestra confianza en el Señor de todas las cosas.

La acción de gratitud transforma lo que toca con su presencia. Es gustativa a nuestra vida espiritual.

El aceite enriquece lo que toca con su presencia, así mismo el apóstol enriquecía con su presencia. Sus marcas de la vida no le impedían dar lo mejor para el Maestro.

III. “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Filipenses 4:13

¿Cuál es la fuente de poder que brinda toda esa gracia transformadora en nuestro ser? Pablo dice: TODO lo puedo en Cristo que me fortalece.

Todo significa: La cosa entera, entero, totalidad.

Es importante ver la necesidad de transformación en la totalidad en nuestro ser.

Puedo transformar TODO mi ser. Cristo puede cambiar TODA mi vida. En Cristo puedo recibir TODA su presencia. En Cristo puedo experimentar dirección, poder, paz, amor en todo mi ser. La posibilidad de dar está sujeta a la experiencia de la transformación para una vida plena como la de Pablo.

El poder de Dios es ilimitado y en su gracia derrama sobre nuestra debilidad el poder para transformarnos en instrumentos de bendición para otros. La fortaleza del Señor es sobre nosotros en el proceso, no importa cuál sea el proceso que enfrentemos. La mano de Dios sabrá colocarnos en la medida justa y agradable a Dios para nuestro beneficio. Con la ayuda de Dios podremos dar lo mejor si distinguimos la mano de Dios en nuestros procesos personales. Dios sabrá darnos una experiencia transformadora y en ella alcanzaremos la bendición para ser de bendición a otros.

Dios nos fortalece, nos da vigor, nos confiere el valor para soportar la adversidad, para resistir; nos da el valor para sostenernos en el proceso transformador. El Señor nos da el estímulo para saber que el producto será mejor que el proceso. Entonces entenderemos que su mano nunca nos abandonó, que su presencia siempre nos acompañó y su espíritu nos bendijo con gracia y poder.

Sé como el olivo que brinda su fruto para ser transformado y se mantiene erguido para seguir ofreciendo nuevos frutos.

Sé como el fruto del olivo que brinda lo mejor de su esencia al ser prensado y no resiste el proceso transformador hasta ser cambiado.

Sé como el fruto de la prensada, que al sufrir la transformación cambia el sabor de las comidas y con su presencia llena de alegría lo que toca.

Sé agradecido, y en el proceso de la vida donde te encuentras, llena de paz tu alma al saber que Dios está en control de lo que acontece y sabrá darte ese toque de vigor y de fuerza.

Fortalécete en tu debilidad con la ayuda del Espíritu Santo de Dios y mantén firme tu propósito en Dios con fidelidad. ¡Adelante! Lo que te acontece es el proceso de transformación, de cambio para bendición.

Brinda una vida plena. Ofrece salud como el olivo. Yérguete frente a Dios y levanta tu alma en espera de la lluvia de bendición.

Recuerda, el proceso de trasformación en que te encuentras es sólo una parte importante para llegar a convertirte en un ser mejor en el Señor.

Alégrate, y dile a tu alma, alégrate en Cristo que nos fortalece. Ampárate en las alas de Dios y cúbrete con su presencia protectora.

Dios te bendiga, te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti, y te dé paz. Amén.

13 de enero de 2008

Doris salva la bahía (cuento)

Por Hnita. Andrea Malavé Bonilla



Una noche clara y plena, en lo más profundo de la bahía, la tortuga Doris llegó a poner sus huevos. Cuando a la noche siguiente volvió, observó algo amarillo que parecía un dragón con dientes afilados. -¡El dragón se come la playa! - pensó.



Desesperada, Doris volvió al mar. Llamó a los animales marinos para una reunión. Y empezaron ¡manos a la obra!



Al otro día fueron a la playa. Los dragones eran máquinas de un proyecto de hoteles. El cangrejo Lolo y las amigas de Doris fueron a parar a las máquinas.



Doris habló con el jefe y lo llevó a conocer los nidos de las tortugas. Al verlas, el jefe se sorprendió y aceptó que no era lógico ese proyecto de hoteles. Doris le dijo, "Acuérdate que debes mirar al suelo porque puede ser que molestes a alguien".



Publicado en Mi pequeño día, El Nuevo Día, 13 de enero de 2008

2008: Año Agradable del Señor

Por Hna. Diana Sambolín

Ya es tradición para mi familia despedir el año en nuestra Iglesia. En el culto de Fin de Año 2007 tuvimos la maravillosa oportunidad de recibir el Nuevo Año 2008 con una excelente invitación de parte de la Hna. Hilda:

Proclamar el Año 2008 como Año Agradable del Señor leyendo Lucas 4: 16-19

16 Jesús fue a Nazaret, al pueblo donde se había criado.
Un sábado entró en la sinagoga, como era su costumbre,
y se puso en pie para leer las Escrituras.


17 Le dieron a leer el libro del profeta Isaías,
y al abrirlo encontró el lugar donde estaba escrito:


18 “El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha consagrado
para llevar la buena noticia a los pobres;
me ha enviado a anunciar libertad a los presos
y a dar vista a los ciegos;
a poner en libertad a los oprimidos;


19 a anunciar el año favorable del Señor.”

De esta manera, Jesús nos invita a presentar nuestros planes para el año, a armonizar nuestras metas y nuestros sueños con nuestra relación con Dios.

Como parte de nuestro crecimiento espiritual, debemos tomar la decisión de convocar a que Dios forme parte del plan de nuestra vida.

Es una sensación tan maravillosa que queremos compartirla con todos nuestros familiares, amigos y amigas. Es por eso que los invitamos a proclamar el 2008 como Año Agradable del Señor para todos nosotros.

¡Que el Señor los guarde y los bendiga siempre!