Siembra gozo en la mayordomía del tiempo


Por Rvdo. Carlos A. Cardona
Pastor

Lectura bíblica: Eclesiastés 3:1-2,11

Introducción

El rey Salomón escribe: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”. El desafío de la vida es aprender a manejar los eventos en el tiempo y lugar adecuados.

El tiempo transcurre desde el nacimiento hasta la muerte. ¿Cuáles son las experiencias principales de la existencia entre el nacimiento y la muerte? Salomón contesta la pregunta diciendo: Plantar, arrancar, matar, curar, destruir, edificar, llorar, reír, endechar, bailar, buscar, perder, callar, hablar, amar, aborrecer, guerra y paz”.

¿Cuál es el desafío?

El desafío es nacer para morir. El desafío de la vida es aprender a manejar los eventos en el tiempo y el lugar adecuados. ¿Cómo manejamos los eventos en el tiempo?

Para algunas personas, el tiempo no es suficiente para manejar los eventos que marcan sus vidas. Para otras, los eventos del tiempo se presentan como oportunidades únicas que deben ser apreciadas.

En un antiguo cementerio en Loma Vista, California, las lápidas tienen obituarios muy fascinantes. A alguien que le gusta coleccionar obituarios encontró en este cementerio citas muy fascinantes.

Una lápida tiene el escrito: “No puedes ganar” y luego está el nombre de la persona.

Al leer la inscripción podemos inferir que posiblemente la persona estuvo batallando por una vida larga hasta ser vencido por la muerte. ¿Cómo enfrentaría la batalla por la vida? ¿Disfrutaría cada momento vivido? ¿Extendería la mano a sus semejantes? Ciertamente no podemos ganarle a la muerte pero si podemos vivir a plenitud disfrutando cada momento de los eventos de la vida misma.

Otra lapida decía: “Nuestro querido hijo, 3 de mayo 1940 a 7 de mayo de 1940”.

Estos padres tuvieron un tiempo de 120 horas para disfrutar y librar una batalla por la vida de su hijo y los eventos le fueron adversos, pero estos no pudieron impedir el milagro del amor paternal y maternal. La vida puede parecer corta, pero si administramos el tiempo que nos ha tocado vivir podemos dejar huellas con la fuerza del amor indestructible.

Una tercera lapida tenia una inscripción curiosa: “Dedicada a la memoria de mi esposo John Barnes quien murió el 3 de enero de 1803. Su agraciada y joven viuda de 23 años tiene muchas cualidades para ser una buena esposa y anhela ser consolada”.

Los hechos que acontecieron en la vida de esta joven viuda probablemente la motivaron a manejar de esta manera los eventos en el tiempo que le tocó vivir.

Todos vivimos bajo el mismo cielo, pero no tenemos el mismo horizonte.

Todas las lápidas representan el paso del tiempo exactamente de la misma manera. El tiempo que pasamos siempre será representado en una línea horizontal. La manera en que administramos el regalo de Dios es decisión individual. Cada una de las lápidas representa a una persona bajo el mismo cielo pero con diferentes horizontes o metas.

El día que nacemos abrimos el regalo del tiempo que Dios nos brinda

¿Cómo estamos gastando el tiempo que Dios nos ha regalado? Podemos gastar el tiempo de nuestra vida sólo buscando el bienestar personal y al final descubrir que nos faltó lo más importante.

Hay que vivir la vida en lugar de sólo existir en la vida. Planta entusiasmo en tu vida para vivir a plenitud.

Abraham emprendió el viaje hacia la tierra prometida a los 80 años.

Moisés subió a la cima de montaña Pisga a la edad de 125 años.

Bonie Consolo, la mujer que nació sin brazos, aprendió a manejar un auto, a cocinar, a vestirse y a peinarse con sus pies. Plantó en su ser la semilla de la vida plena a pesar de la limitaciones con las que nació.

Discierne tu tiempo y actúa adecuadamente, en armonía con el Señor. Dios controla el tiempo, por esta razón debemos aprender a reconocer nuestras limitaciones y a disfrutar de nuestros talentos y dones, de las oportunidades que el Señor nos ofrece cada día.

En estos momentos de tu vida ¿qué acapara tu tiempo? Es importante que respondas la pregunta y reenfoques en las cosas que son relevantes en la vida y el tiempo que Dios te ha regalado.

Puedes dejar el regalo de la vida a un lado y existir. No tener ningún empeño en utilizar el regalo y usarlo adecuadamente. Pero pudiera ser que no tengas otra oportunidad para disfrutar lo que Dios te ha dado.

Mira la familia que tienes, la pareja que tienes, los hijos que tienes, la salud que tienes, la vista que tienes, las posibilidades que tienes. Éste es el momento para vivir a plenitud administrando correctamente el tiempo que has recibido de parte de Dios.

No olvides que no sólo hay que trabajar para estar bien en el futuro. Es más importante mantener una buena relación con Dios y que nuestra vida que refleje el Shalom divino en nosotros.

Todos vivimos bajo el mismo cielo, pero no tenemos el mismo horizonte.

Todo lo hizo hermoso

Dios hizo todo hermoso en un momento, y puso en la mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin.

Todo es hermoso si puedes distinguir en ello el regalo de Dios para ti. Los eventos de pérdida pueden ser una gran oportunidad para descubrir el poder del amor y la fuerza de voluntad para levantarnos. El tiempo actúa como canal que nos conduce a nuevas etapas y hechos nuevos en la vida.

El tiempo sólo es un reflejo medible en la mente humana. Dios está fuera de nuestro crono del tiempo. Todo lo que acontece ocurre en el crono humano. Pero debemos recordar que el crono humano es diferente al kairós divino.

No es importante comprender los eventos, pero sí distinguir el tiempo que Dios nos ha regalado. No es momento para echarnos a correr porque nos queda poco tiempo. Es el momento para degustar, disfrutar, vivir, gastar, balancear el regalo de Dios.

No intentes gastar el regalo solo y sin dirección. Busca a Dios, cultiva tu relación con el autor de la vida y creador del tiempo. Administra tus días con celo y acércate al Señor en todas tus cosas. Encomienda al Señor tus salidas y tus entradas.

Confía y lograrás vivir a plenitud con dirección divina. Entrega tu tiempo a Dios. Cultiva la lectura de la Palabra. Planifica un tiempo para dar, compartir, salir, celebrar tu vida. Bendice a Dios en todo tiempo y tus cosas marcharán bien.

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