Jesús abre surcos de fe regando con su presencia la paz

Por Rvdo. Carlos A. Cardona Marcano
Pastor IEU Villa Andalucía

Introducción

Han llegado las celebraciones de Navidad. Las voces se escuchan por doquier anunciando los regalos e invitando a regalar. Los mensajes de paz están presentes en todas partes.

La gente dice que ha llegado Navidad con panderos y flautas. La música típica suena en todo lugar. El viernes pasado estuve en un acto peculiar: una niña de dos años bailaba al son del compás. El padre, orgullos, retrataba todo movimiento y la madre, emocionada, se reía con gozo.

El padre no quiso perderse ni un sólo instante. Con su traje típico, aquella niña bailó y aplaudió todos los eventos de la celebración. La estampa de la natividad se retrasó porque a María le faltaba que llegara José. Al momento de su llegada con retraso comenzó la estampa principal de aquella celebración.

En la fila donde yo estaba apenas podía ver la presentación porque todos los padres que se acercaban a la tarima ocultaron entre luces, alboroto, canciones y bailes a mi nieta, que celebraba su segunda navidad.

I. “El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo”. Mateo 1:18

La historia de la primera Navidad, estuvo llena de pavor, dolor, sufrimiento e intriga.

La tradición de la época era que la novia se comprometía por un año con el propósito de probar su pureza sexual. José era un judío estricto de la ley, y observaba los preceptos de la misma.

Los profetas habían hablado de la llegada del Mesías. Isaías, en su escrito, anuncia que será un “varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa”. (Isaías 31:1-2) El profeta anunció que el Mesías traería “justicia, reposo y seguridad para siempre”. (Isaías 32:17)

El cumplimiento de la profecía traería consolación, restauración. Dios quiere establecer un nuevo orden en su creación y decide visitar a la humanidad.

Su anuncio en las profecías trajo expectativa: ¿Cuándo sería el acontecimiento? ¿Donde se iniciaría la historia de la redención?

José era parte de ese plan, pero no lo sabia de antemano. María era parte del plan pero tampoco lo sabía de antemano. De manera que el anuncio trajo momentos terribles para aquella pareja.

¿Cómo entonar canción en medio de la duda? ¿Cómo celebrar el anuncio frente a la duda?

Para celebrar la llegada del Mesías es necesario llenarnos de una verdadera seguridad en Dios.

José tuvo que librar una batalla interna. Su tradición de fe le hacía caer en esa lucha. Dios quiere comunicarse con la humanidad y él está en medio de la intención divina con el traje de las costumbres de su pueblo.

¿Cómo enfrentamos la voluntad de Dios en medio de nuestras costumbres y tradiciones?

Cantamos: Alegría, alegría, alegría; alegría, alegría y placer; que la virgen va de paso con su esposo hacia Belén.
II. Cuando debatimos en el alma, Dios nos ayuda a librar la batalla

A José se le apareció el ángel y le dijo “No temas”. Esta misma frase la repitió el Mesías en su relación con la humanidad:

“No temas”, dijo el Señor a Josué en el momento cuando libraba su batalla personal de la conquista.

“No temas”, dijo Jesús a sus discípulos en el momento de batalla en la barca.

“No temas”, es la invitación que nos hace Dios a descansar en su poder milagroso y poderoso cuando estamos sirviendo con temor al Señor.

“No temas”, es la palabra de Dios para aquellos que enfrentan momentos decisivos en sus vidas.

¿Quieres llegar a ser cumplidor del plan de Dios en ti? Entonces “No temas”. En medio de las circunstancias en las que batallas en esta hora, “No temas”. Descubre lo que Dios tiene preparado para ti.

José libró la batalla de la vergüenza, la batalla de ser señalado, la batalla de la duda, la batalla de la incertidumbre, la batalla del descrédito, la batalla de la muerte de su amada, la batalla espiritual al preguntarse si Dios estaba o no en la situación.

El Ángel de Dios le dijo: “No temas”. Dile a Dios tu batalla y Él te dirá “NO TEMAS”.

III. “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Mateo 1:21

Jesús regará los surcos de fe sembrando la paz con su presencia. Dios está pendiente de los suyos y su presencia en medio nuestro es garantía de paz y prosperidad. Proclamemos la noticia de la llegada y el cumplimiento de la promesa a nosotros mismos.

El ángel de Dios nos invita a creer en la intervención divina. Nos invita a confiar en la promesa de redención. Nos invita a creer en la Buena Noticia, Dios se acuerda de su creación y le visita como una expresión de amor a su pueblo.

El ángel del Señor nos invita a visionar un futuro mejor, nos invita a llenarnos de fe y confianza en el poder redentor de Jesús. Es necesario abandonarnos en Cristo para experimentar su gracia y su poder en medio nuestro.

Deja que el Espíritu de Dios riegue con poder y gracia tu corazón. Llénate de luz y aclara tus pensamientos. Comienza a caminar con firmeza hacia un mañana lleno de gracia y poder de Dios.
Detente por un momento para escuchar lo que Dios quiere de ti. Deja que el Señor hable a tu vida. Distingue las señales de Dios para ti y los tuyos dejando a cargo de Dios el plan que tiene para ti. No temas, Él se encargara de que logres llegar. No temas, Él se encargará de obrar. El Señor hará, se moverá, no te dejará.

Apresta tu espíritu para escuchar lo que Dios tiene que decirte en esta hora. Recibe la visitación del ángel de Dios sobre tus asuntos y cuéntale tus temores. Dile tu preocupación y déjate guiar por su Espíritu Santo. Amén.

16 de diciembre de 2007

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