Somos pueblo de Dios que cosecha espiritualidad para una vida abundante


Por Rvdo. Carlos Cardona
Pastor

Pasaje bíblico: Juan 10: 10

Esta semana, en un programa televisivo, entrevistaron a una joven mujer invidente, sordo – muda, y sin el sentido del gusto. Miraba la entrevista y me preguntaba cómo podía esta mujer contestar y comunicarse solamente tocando las manos de su guía.

¿Cómo reaccionaríamos nosotros ante estas limitaciones? En lugar de compadecerse, seguía estudios universitarios, convirtiéndose en la primera persona que, a pesar de tener todas estas limitaciones, logra comunicarse y superarse en estudios universitarios. La ausencia de los cinco sentidos no impide a esta joven mujer disfrutar de una vida abundante.

Y a ti, ¿qué te impide disfrutar una vida abundante? ¿Cuáles son las señales de una vida abundante?

Lo primero es identificar correctamente nuestro pensamiento. El texto bíblico señala que el ladrón sólo viene para hurtar lo que es de valor. Si el enemigo logra arrebatarte el pensamiento, dejará tu mente en desorden.

Si pensamos de manera equivocada, viviremos de la misma manera. Por el contrario, si queremos vivir de manera correcta y experimentar la abundante vida en Cristo, entonces debemos pensar de esa misma manera. Si cambiamos nuestra manera de pensar, podemos cambiar nuestra vida. Piensa en algo agradable y maravilloso y esos pensamientos te elevarán con poder.

Consideremos por un momento tres pasos para una vida abundante:

Primer paso: Reconoce el poder de los pensamientos.

El ladrón viene a robar tus buenos pensamientos, te invade con el pesimismo y la ansiedad.

Proverbios 23:7 dice: “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”. En otras palabras, nos convertimos en las cosas que pensamos. Lo que pensamos influye en lo que nos convertiremos. Piensa pobremente de tu persona y empobrecerás. Piensa en lo importante que eres para Dios y tu vida estará confiada.

Isaías 26:3 dice: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado”. La paz y el gozo involucran tanto al corazón como la mente. El salmista expresa en Salmos 4:8 “En paz me acostaré y así mismo dormiré; porque sólo Tu, Jehová, me haces vivir confiado”. Cuando pensamos de manera equivocada vivimos mal.

Segundo paso: Cultiva el pensamiento.

En su carta a los Filipenses, Pablo presenta seis pautas para cultivar el pensamiento para una vida abundante. Señala en Filipenses 4:8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.

Pablo establece un sistema de purificación para el pensamiento, una herramienta para examinar cada pensamiento y determinar lo que vale la pena retener para una vida abundante. Siembra este filtro y descarta lo impuro que asaltó tu mente como ladrón que quiere robar lo que Dios está haciendo en ti.

Tercer paso: Renueva el pensamiento

Pablo escribe a los romanos (Romanos 12:2): “No sigan la corriente del mundo en que vivimos, mas bien transfórmense por la renovación de su mente”.

Hoy somos asediados por propagandas, planes que nos roban la libertad de una vida abundante y nos quitan el pensamiento. El Señor espera de nosotros que adquiramos nuevos criterios y una visión nueva para una vida abundante en Jesús el Cristo. Espera que llenemos nuestra mente con su verdad.

Dios te invita a un renovar un pensamiento verdadero, genuino, auténtico y sincero. Capacita tu mente para que sólo pienses en lo que es sincero y verdadero.

El enemigo busca robar la verdad, te presenta la oportunidad de tapar tus pensamientos. Se introduce en nuestra mente con falsedad y nos guía hacia la mentira, hacia la falsedad de lo impuro. Quita el entusiasmo, la alegría de vivir, la fuerza de lucha.

Cuando llenamos la mente con la verdad, el Espíritu Santo nos permite comprenderla. La situación por la que estás pasando en esta hora es la gran oportunidad para descubrir las grietas de tu mente que están tapando tu verdad.

Tu verdad es que estás atribulado pero no abatido, perplejo pero no desesperado, perseguido pero no abandonado, derribado pero no destruido.

El Espíritu Santo puede llenar tu mente de nuevos pensamientos para alcanzar la plenitud de vida. Levanta tu mente del lugar donde se atormenta a causa de las debilidades.

¡Se justo contigo mismo! Presenta tus proyectos del corazón a Dios sinceramente. Preséntale a Dios tus grietas. Echa fuera la basura. No te contentes sólo con escuchar o leer la palabra, ponla en acción en ti. Es hora de presentar a Dios tus grietas y poner en práctica la manera correcta de pensar acerca de tus posibilidades en Cristo.

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